CRACK DEL 29 (EL GRAN
CRASH)
Tras el final de la I Guerra Mundial
(1914-1918) en numerosos países y sobre todo en EEUU empieza una recuperación a
nivel social, político, cultural y
económico.
Si trae algún aspecto positivo
las guerras (algo muy discutible) es la investigación tecnológica
y el esfuerzo económico y de medios que se le dedica. La creación de armas y la
investigación (radio, rayos X, líneas de montaje en la industria, celulosa…
eran algunos de ellos).
Los “felices” años 20 traerían
un clima de euforia y entusiasmo a nivel mundial y el desarrollo de nuevas
formas de energía (petróleo y electricidad), así como distintas maneras de
organización del trabajo, entre otras.
Un estilo de vida donde prima lo
americano, modelo a imitar por el resto de países “american way of life” o estilo de vida americano se escuchaba por
doquier. Aviones, nuevas tecnologías, artículos del hogar (lavadoras,
aspiradores, frigoríficos, hornos, planchas…); la compra a plazos o a crédito
(“compre ahora y pague después); el nacimiento de una cultura de consumo; la
proliferación de automóviles (Ford y Chrysler sobre todo)…hicieron
su aparición desmesurada.
Personas de distintos países como
Alemania, Polonia, China, Italia… buscaban rumbo a EEUU para tener una vida
mejor.
Florecieron los espectáculos
públicos como el deporte, el cine, el famoso cabaret y las
representaciones teatrales. La alta
costura y las pasarelas de moda surgieron; Las corrientes musicales como el
jazz, el charlestón y el blues estaban de moda;
la prensa no sólo se dedicó a informar sino a dar publicidad y las revistas
especializadas hacen su aparición, revistas sobre la mujer, sobre el deporte…;
La radio tuvo un gran auge llegando a tener los estadounidenses millones de
aparatos receptores. (aquí
y aquí).
Pero esos “años
locos”, esos años en EEUU y el resto del mundo (de 1922 a 1929) tendrían su
fin.
Más de tres millones de
estadounidenses tenían en su poder acciones, el mercado alcista y de marketing
hacía comprar sin control, incluso aficionados y novatos compraban
desmesuradamente, acciones a destajo… se pedía dinero prestado para especular y
se inflaban los precios al alza de las acciones…
Los inversores novatos, que no
eran duchos en la materia, empezaron a pedir y pedir prestado hasta debajo de
las piedras para comprar en bolsa, así como acciones a crédito. Se editan los
llamados Bonos
de Libertad, propiedad del Estado, con el fin de tener rentabilidad
aceptable procedente de los ahorros de los ciudadanos. L
Las entidades bancarias sacan
también otros tipos de bonos y acciones. Destaca por aquel entonces la Banca J. P. Morgan
como puntal; el político, adinerado e influyente Joseph P. Kennedy
y el anónimo/famoso limpiabotas Patrick
Bologna. Por todo EEUU se fue invirtiendo, hasta personajes como Charles
Chaplin (aquí
y aquí) y Groucho
Mark (aquí
y aquí) compraron acciones
y fomentaban su compra, así como Winston Churchill que también adquirió
numerosas participaciones de acciones y las perdió todas.Imagen sacada de la Grandepresion.com |
Fue un miércoles 23 de octubre de
1929 cuando comenzó la pérdida de confianza entre los accionistas, empezaron a
caer bruscamente las acciones del automóvil y se fueron vendiendo las acciones
de una manera brusca, derrumbándose brutalmente la bolsa neoyorkina (se estima
que en una hora se vendieron más de dos millones y medio de acciones).
Veinticinco mil millones de dólares habían desaparecido.
Miles de bancos quebraron, se
calcula que en 1931 cerraron 2.000 entidades y los clientes retiraban con
urgencia el dinero. En 1933 otros 3.000 bancos también cerraban. Las personas
desconfiaban y guardaban el dinero debajo del colchón. Los accionistas lo
habían perdido todo. Los inversores aturdidos se agolpaban en las puertas de La
Bolsa, se calcularon que unas diez mil.
El 24 de octubre de 1929 se
produce un pánico masivo, un pánico que desembocaría en el llamado JUEVES
NEGRO.
Se intentaron hacer una serie de
medidas infructuosas, como la reunión de cuatro banqueros influyentes y crear
unos fondos para mantener las acciones más importantes. No llegó a buen
término. Una vez más la avaricia de unas personas van en contra del resto del
mundo. Se manipularon los datos del mercado, los especuladores profesionales
supieron clavar el diente, inflaron la burbuja. Una vez ricos retiraron sus
ganancias y sin escrúpulos de la bolsa. El gobierno no quiso supervisar a fondo
(quizá no le interesaba).
Se veían a personas desesperadas
tirándose desde las oficinas y suicidándose, se habían quedado absolutamente
sin nada. El martes 29/10/1929 los precios caen en picado nuevamente y las
empresas como General Motors,
United States
Steel Corporation y Reynolds
tuvieron unas pérdidas considerables. Sus acciones valían un 20% menos.
La suma de todos estos
acontecimientos hace que las empresas, al no poder pagar a sus empleados,
cerraban, no tenían capital y en consecuencia despedían a los obreros. Así el
consumo bajó hasta un punto inigualable. No había producción, escaseaba de
todo, (se cuenta que las personas de ataban trapos a los pies haciendo las
funciones de zapatos).
En 1932 ganó las elecciones F.D.
Roosevelt con la intención de dar un cambio y frenar las consecuencias tan
devastadoras que ocasionó el crack del 29. Fue
aplicando una serie de medidas, aconsejado por especialistas que hizo que los
EEUU fueran resurgiendo de sus cenizas como el ave Fénix. Una nueva distribución
de las rentas, medidas financieras, grandes obras públicas, leyes para la
agricultura, leyes sindicales y ayudas a jubilados y parados fueron algunas de
ellas.
En 1940 la situación había
cambiado sustancialmente en EEUU, sin embargo, no tardaría en sufrir las
consecuencias de una II Guerra
Mundial que había empezado en 1939 en Europa y que se prolongaría hasta
1945.
A todo este periodo de pobreza y
recesión económica se le denominó la GRAN DEPRESIÓN (aquí
y aquí). Pero después del 29 hubo otros
descalabros bursátiles, esta vez debido al petróleo y la influencia que ejerce
en nuestra sociedad (basta con ver actualmente la financiación y fuente de
ingresos que supone dicha materia prima, para el respaldo de grupos terroristas
como el ISIS en Irak y Siria). Así cabe mencionar la crisis de 1973, 1980, 1992,
2001, 2010… (aquí
más) como ejemplos.
Definitivamente las crisis
económicas mundiales nos pueden “invadir” en cualquier momento, no estamos
nunca “a salvo” de las decisiones de nuestros gobernantes.
Como decía Albert
Einstein: “la crisis es la mejor bendición que puede sucederle a personas y
países porque la crisis trae progresos”… sí puede que tenga razón, pero ¿A QUÉ PRECIO?... esperemos que no sea muy
alto.
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